En nuestro país la apicultura es principalmente destinada para la producción de miel de abeja, dejando de lado otros productos primarios de la colmena como son el polen, propóleos, jalea real, cera de abejas, entre otros; sin embargo, existen apicultores que realizan sus esfuerzos a otras alternativas como Manuel de Jesús Calderón, de Armenia, Sonsonate, que se dedica a la industria apícola de una manera más integral, brindando diferentes productos a la población.
Gracias a la firma del convenio entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a través del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) y la Comisión Nacional Apícola de El Salvador (CONAPIS), Manuel ha logrado potenciar sus conocimientos en la apicultura por medio de la asistencia técnica especializada permitiéndole trabajar con las abejas, producir miel de buena calidad, separar la miel de la cera, fundirla y producir material apícola.
Manuel logró establecer una microempresa familiar llamada “Industria Calderón”, lo que antes era un sueño con mucho esfuerzo y dedicación lo ha convertido en toda una realidad. Adicional a los productos que elabora, diversificó su negocio con la fabricación de equipos apícolas, entre ellos maquinaria de acero inoxidable para la extracción de miel y cajas de colmenas y marcos de madera.
Wilmar Genovez, especialista de la agencia CENTA Quezaltepeque que lo asiste técnicamente, explica que el apicultor también elabora láminas de cera estampada, que son de vital importancia para la tecnificación de las colmenas, pues en la actualidad a la gran mayoría les falta aprender e incorporar estas técnicas para mejorar sus producciones. Al hacerlo de forma artesanal lo que se hace es exprimir los panales de miel, no siendo posible reutilizarlos, si hicieran un buen manejo se tendría un mayor aprovechamiento de estos.
“Para los apicultores las láminas de cera estampada son importantes, proporcionando así a las colmenas un diámetro adecuado del hexágono del panal y mejorando la calidad del trabajo de las abejas obreras, permitiendo un orden, lo que se traduce en mejor manejo, sanidad y aumento de la producción”, expresó Genovez.
Agregó que los apicultores suelen recuperar su propia cera de los panales y buscan a Don Manuel para que realice el trabajo de estampado de la cera, la cual se procede a pesarla en una báscula, posteriormente es fundida en gas, laminada, estampada y recortada al tamaño de los marcos.
Manuel detalla que la mejor temporada para el proceso de las láminas de cera estampada está entre los meses de noviembre a marzo, donde los productores se preparan para el trabajo de la producción de miel.
“El fundido de cera no es recomendable hacerlo con leña porque se ahúma el material, con gas es mejor debido a que no sale contaminado el producto y la temperatura es uniforme para lograr sacar las láminas de cera estampadas y dar a las abejas un molde para que la cera que van a estirar sea del diámetro correcto para la producción de más abejas obreras” detalló el apicultor.
Este es uno de los servicios que ofrece y que es más demandado en su negocio, brinda la posibilidad de llevar la cera para fundirla y laminarla, pues cuenta con el equipo idóneo que incluye el estampado. Adicionalmente, posee cinco apiarios en los municipios de Chalatenango y Olocuilta; donde hay 200 colmenas para la extracción de la cera de las abejas que también es comercializada.